El Villarreal no habla esperanto
El rival del Real Betis mañana tiene ese punto de mala leche que gasta Marcelino, no sé si amante del vino, pero sí del pan que alimenta a él y a los suyos
Betis - Villarreal, en directo
Al Jagiellonia, actual campeón de la Liga polaca, sí, pero que no mejora al Leganés o al Las Palmas o empata a cero con el Valladolid, era para haberle metido cinco goles, vaya por delante. Dos están bien y deben ser suficientes. Siempre que ... los de a Pellegrini no les dé por hablar el «esperanto futbolístico», como Joaquín el italiano en aquella memorable entrevista cuando jugaba en la Fiorentina, en la cuna del mismo. Para algo la ciudad, Bialystok, tiene al médico Ludwik Lejzer Zamenhof, creador del mismo, como uno de sus hijos más ilustres.
El que lo está hablando, o al menos no se le entiende lo que dice, es Lo Celso. Desde que los hechos desmintieron esa máxima de su técnico de «los buenos jugadores siempre pueden jugar juntos», el argentino ha pasado a ser el suplente de Isco y se le nota, y mucho, la afectación a su autoestima. El jueves no fue un cuarto de hora, como otra veces, lo que estuvo en el campo, sino un tiempo completo; no es que jugara mal, pero lo vimos tenso, poco empático con los compañeros, luciendo poco para el jugadorazo que es. Urge recuperarlo para la causa, tanto como plantearse si visto lo visto, y mientras Isco sea capitán general, conviene tener a Dani Ceballos a sus órdenes, si algún día el utrerano convierte los emoticones en compromiso.
Salvada con aprobado la ida europea contra la tropa polaca, llega mañana una cita crucial con un rival doméstico, el Villarreal de Marcelino. Los cerámicos no hablan esperanto, se les entiende todo. Mucho más fuera de casa, donde sólo el líder le supera en partidos ganados y en puntos. Tiene ese punto de mala leche que gasta su entrenador, no sé si amante del vino, pero sí del pan que alimenta a él y a los suyos. No es la suya la voz aflautada de Pablito Calvo en la película de Ladislao Vajda, sino la de Edward G. Robinson en 'Cuando el tiempo nos alcance', la última de su filmografía, tras la que muere sumido en la añoranza de un tiempo que se fue. Ese que al Betis le está aún por gozar.
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